dilluns, 26 de desembre del 2011

Navidad


Hola Alexina,
otra navidad sin ti, mi niña, a pesar de quererme proteger, aislar, pasar de puntillas, no puedo no volver a aquellos días, cuando eras tan feliz.
Recuerdo aquella foto tuya de la última navidad, cuando estás mirando y sonriendo a la cámara, con el regalo de magia abierto, todo era posible, todo, la vida volvía a brotar por tu cuerpo, la navidad entera fluía en tus ojos, en la bondad que irradiaban todos tus actos.
Te gustaban los trucos de magia, era como retar la imaginación, viajar en el sueño, y tú eras la aviadora feliz que conducía aquella nave. Aquella navidad, más que un respiro, fue un renacer, el sentido primero y último de estos días sagrados, más allá de los ecos de la infancia o de las luces que otorgan un resguardo a la inocencia.
Esta navidad es la que quiero recordar ahora, la belleza de unos días donde el tiempo no desaparece sino al contrario, surge directo de nuestras entrañas al corazón de los otros, sin las frases hechas o los sentimientos vacíos, escondidos tras unas palabras que no dicen nada.
A esta navidad vuelvo, a los días felices que nadie podrá arrebatarnos.
A la inocencia de aquella sonrisa tuya que confió en nosotros siempre, que creyó en la vida, y la vivió entregada de corazón, sin trampas ni reservas.
En esta navidad pervives, y así quiero recordarte siempre, mi vida, con esa magia tuya que trasmutaba el dolor en alegría, y la tristeza en colores y sentimientos vívidos.
Muchos besos para mi maga,


dissabte, 3 de desembre del 2011

Patrick


                                           La Camapanella (Lizt)


Los buenos recuerdos (2002)


                                          The Great Gig In The Sky


Patrick,

el pasado miércoles, hace diez días, la película acababa en la nieve, adentrándose secuestradores y secuestrados en una niebla blanca, fría, sin retorno. Des Dieux et des Hommes. Viste la película con las piernas medio dobladas, todavía tenías cierto tono muscular. Movías la cabeza, arriba y abajo, haciendo círculos, respirabas muy justito, carraspeabas continuamente, pero tu mirada no se separaba de la pantalla. ¿Qué estabas pensando? Antes de irnos Jordi y yo, me diste las gracias por haber traíado la película y haber pasado juntos ese ratito. Es quizás la última película que vistes, no lo sé. El dilema de aquellos monjes era marchar, por el acoso del enemigo y el peligro de muerte inminente, o quedarse y ser fieles a su destino, aunque el final estaba anunciado. Des Dieux et des Hommes. No puedo imaginarme el infierno que has pasado durante estos tres años, Patrick, viendo como poco a poco el enemigo entraba en tu cuerpo e iba adueñándose de él, lenta pero inexorablemente. Ahora yo veo todo este teatro de una forma muy simple, terriblemente simple, descarnada, brutal, orgánica. Después de perder a mi hija Alèxia, tu ahijada, te pierdo a ti, mi mejor amigo. Otro infierno.

Estamos indefensos, Patrick, el milagro de habernos conocido tiene un precio: la ausencia, y todos estos años que hemos compartido solo valen el momento, el presente concreto, aquel instante preciso que compartíamos el milagro de estar vivos, nada más. Como con la juventud, o la infancia, sólo te das cuenta de lo que es realmente importante, de lo básico, cuando lo pierdes, aunque lo que se pierda no tenga sustancia alguna, no perdure. Sólo existe el sentido de compartir el tiempo juntos, querernos, conectar nuestras soledades en un instante infinito, e irrepetible. Des Dieux et des Hommes. Patrick: dejamos lo dioses hace mucho tiempo aparcados en la tiranía del tiempo, sabíamos que sólo existe lo que se comparte right now.

Te voy a confesar algo: intuí la gravedad de tu enfermedad una noche del mes de noviembre de hace tres años, en 2008, cuando cuidando a Alèxia en la cámara de aislamiento, después del transplante y cuando esperábamos la recuperación de su médula, mi hija se me resbaló de los brazos porque le fallaban las piernas. Fue una noche terrible, porque yo sabía de la gravedad de la situación, y las enfermeras quitaban hierro al asunto, decían que eran efectos secundarios de la medicación, etc. Se me volvío a caer de los brazos, grité a las enfermeras desesperado, una y otra vez, fue la única manera para que las enfermeras se decidieran a llamar a los médicos de guardia, y me hicieran caso. Era fin de semana. Después de muchas pruebas, descartaron un posible derrame (peor diagnóstico) pero indicaron alteración neurológica, que después acabaría siendo la punta del iceberg de un inicio de infección.

Aquella noche yo dormí en casa, y Laura me llamó: después de preguntar por Alèxia, me dijo que estaba preocupada, porque te habías caído alguna vez, en casa o estando fuera de viaje, sin al parecer motivo alguno, de vez en cuando te fallaban las piernas. Recuerdo que le dije a Laura: cuando vuelva, por favor, tendrías que ir con él al neurólogo, por favor, id al neurólogo tan pronto Patrick vuelva de viaje. No recuerdo si le conté lo que me había pasado aquella tarde con Alèxia, pero yo tuve mucho miedo. Después todo se precipitó: la muerte de Alèxia, tu diagnóstico un mes y medio más tarde.

Ahora estaís juntos, Alèxia y tú os alejáis, irremisiblemente, en un viaje a tierras desconocidas.

No rehuiremos nuestro destino: nos quedaremos para construir, poco a poco, vuestro recuerdo.

Gracias por todos estos años compartidos.

Por favor, cuídala.



diumenge, 20 de novembre del 2011

Cavalcant en els teus dibuixos

Alèxia, maca, 
alguna vegada havíem comentat juntes que m'agradaria un dia animar els teus dibuixos. Aquesta petita pel·lícula es un regal que he fet per tu, el regal que em demanaves avui en el somni.
T'estima molt,
la teva mama.

dijous, 17 de novembre del 2011

In memoriam

Villarodrigo de las Regueras
Cualquier lugar puede ser el centro del mundo.

Era una tarde soleada. Nuestros amigos de León, Nuria y Avelino, querían recordar a Alèxia. Ellos, y sus hijos, Marta y Carlos. También su familia nos acompañaban. Nos invitaron a compartir una ceremonia de recuerdo de Alèxia, en la parroquia de Villarodrigo de las Regueras. No hacía frío. Entramos en el templo, creo recordar que entonces comencé a temblar. No era frío, no era miedo, era emoción, la emoción de unas personas, algunas que conocíamos, otras que no, recordando en aquel momento, llevando hasta aquel instante preciso su calor, su pensamiento, hasta al recuerdo de nuestra hija. Carme y yo nos dimos la mano, para ayudarnos.

¿Desaparecer para siempre? La soledad, el silencio, el olvido. Nuestra hija volvía por unos instantes, eternos, en aquel espacio, llenaba el silencio, rompía la ausencia. A ella le gustaba estar con gente, rodeaba de las personas que la querían, disfrutaba haciendo felices a los demás. Al final de la ceremonia, todos los presentes nos dimos la mano, cerrando un círculo, abrazando y retomando Alèxia de su soledad hasta nuestros corazones. ¿Es posible pensar que existe algo más que el olvido, la soledad, el frío? ¿Por qué olvidar, pasar página? ¿Por qué esconderse del recuerdo? Engancharse a la vida, mirar hacia adelante, no implica olvidar. Recordar la belleza aunque duela, porque un día ese recuerdo será carne en nosotros, hechura de una nueva vida.

No puedo seguir, la tarea es difícil, es casi imposible. 
'¿Renuncias? ¿No puedes más? ¿Has hecho todo lo posible para vencer el desafío?'
Sí. Y no puedo más, no logro levantar esta piedra.
'¿Pero has pedido ayuda?'
No.
'Entonces no has hecho todo lo que estaba en tus manos hacer. Pide ayuda, juntos será más fácil, juntos será posible hacer camino.'

Las palabras resonaban en el templo, en el dolor del momento, en la intimidad de una soledad rota por la esperanza, el calor de una cadena invisible. La soledad vencida por la voluntad de ser y de estar juntos, como a ella le gustaba.

Gracias, Avelino y Nuria, por haber venido hasta nosotros sin pedirlo, por vuestro gesto y vuestra valentía. Gracias por tener a Alèxia en vuestros pensamientos.

dijous, 27 d’octubre del 2011

Someone like you

You'd know how the time flies 
Only yesterday was the time of our lives
We were born and raised in a summer haze
Bound by the surprise of our glory days


Al Tibidabo (2008)

Els teus germans Mar i Pau et porten sempre a les seves vides. 
Hi ets en el seus records, en el dolor de la teva absència, en la tristesa de no poder sentir-te, abraçar-te, escoltar la teva veu, però hi ets també en alegria de tots aquells moments que vau passar junts, quan rèieu, jugàveu, menjàveu plegats, quan teníeu les vostres confidències, els vostres secrets, també quan viatjàvem tots    cinc a l’estiu i descobríem la bellesa del mar en aquelles platges de somni, o quan pujàvem les muntanyes per camins rodejats de flors i de salts d’aigua...hi ets quan els teus germans senten aquest buit tan profund que no té forma i que mossega àcid i molt endins, però també, i sobre tot, quan senten la crida del món i el goig de viure, i tu ets amb ells per escoltar-la, per anar més lluny també en els somnis de les seves vides.
Perquè compartiu una vida que no va acabar en el dia que vas deixar-nos. 

Sicilia (2009)
A l’hospital tu em deies que tenies un destí, una vida que viure, i que la malaltia no podria estroncar-ho. Per mostrar-m’ho posaves una mà recta i endavant per la teva vida i l’altra mà en angle recte, creuant gràficament la primera, per la teva malaltia.
Per això crec que et trairíem si la tristesa envaís definitivament les nostres vides, si visquéssim el nostre temps com un temps acabat, sense present ni futur, si per voler tenir-te viva no fóssim capaços d’entendre que morts de nou, i pot ser definitivament, quan al dolor legítim de la teva absència, sumem el dolor de no poder estimar lo poc o molt que ens queda per viure.
Llavors sí, la malaltia guanyaria, hauria vençut definitivament, i tot hauria estat en va.
Tinc por però, i tristesa, perquè de vegades no sóc capaç d’acompanyar com caldria les aventures dels teus germans. 

Menorca (2010)
La teva germana Mar va acabar els estudis de música brillantment, al 2009. Al curs següent es va anar casi tot un any a Londres, un any lluny de casa, descobrint món, noves experiències, nova gent, un altra manera de viure, vivint el gust dolç però tanmateix punyent de la llibertat i la independència. Ara ja ha acabat la carrera, és Llicenciada en Humanitats, i està treballant i fent un màster de creació literària alhora. Aquest estiu ha fet el seu primer viatge sense nosaltres a Croàcia, amb la seva amiga Mònica, i molt bé que s’ho ha passat! Com saps, segueix rodejada dels seus milers de llibres, i juga molt amb el Plutó. Tu hi ets sempre en els seus pensaments. 

Cabrils (2008)
El teu germà Pau va acabar aquell curs el batxillerat al Villena, i va començar Camins (ei: no confondre amb la cançó...xist...). La carrera és molt difícil, però no sabem com s’ho fa perquè, a banda de sortir molt amb els amics, també ho ha anat aprovant tot (bé: ell diu que exagerem, que no surt tant). Aquest estiu ha anat amb la Maria a Alemanya a participar en un camp de treball, i crec que ha tornat diferent, més madur. Al Pau li grada moltíssim el futbol (ell i jo ens hem fet socis del Barça), i recentment li ha donat per practicar escalada. Segueix passant-se molt temps al facebook, i ha descobert fa poc el bon cine. També hi ets sempre en els seus pensaments.
Saps? De tant en quan juguem junts al Rummikup, com abans, quan jugaves amb nosaltres (bé, un havia de quedar fora, és un joc a quatre). Els teus dibuixos (el de la nena gronxant-se a les muntanyes i el de la mare amb el seu fill marxant del desert) estan aprop de la llum del menjador. Sempre hi ha flors a casa (les compra la teva mare), posades en un raconet del menjador on tenim una foto teva gran, aprop del gerro de terrissa que vas fer amb les teves mans a la festa major d’Argentona, l’últim estiu que vam passar junts.

Austria (2006)
Aquestes cançons que sonen junt amb aquesta carta me les han passat la Mar i el Pau, son també i sobretot per a tu, per somiar junts, com tu em deies a cau d'orella.
Alèxia: t’enyorem moltíssim i et portem sempre amb nosaltres.

Lles de la Cerdanya (2007)

divendres, 23 de setembre del 2011

Do not stand at my grave and weep (Mary Frye)


Do not stand at my grave and weep,
I am not there; I do not sleep.
I am a thousand winds that blow,
I am the diamond glints on snow,
I am the sun on ripened grain,
I am the gentle autumn rain.
When you awaken in the morning’s hush
I am the swift uplifting rush
Of quiet birds in circling flight.
I am the soft starlight at night.
Do not stand at my grave and cry,
I am not there; I did not die.



No et miris la meva tomba amb dol:
aquí no hi sóc, he emprès el vol;
sóc l'alè del vent que se t'endú;
sóc el raig de sol que torna el gra madur;
sóc el fulgor radiant damunt la neu;
sóc la moixa pluja de tardor, tan lleu.
Quan et llevis de matí, a l’albada
em veuràs lluir la gran volta estelada.
Seré el lleuger vol d'ocells en cercle
i l’espurnejant llum d'estels al vespre.
No et miris la meva tomba amb esglai:
no hi dormo aquí, no he mort mai.

dijous, 18 d’agost del 2011

UNO ENTRE CIEN MIL

Nuevamente agosto en las calles adormecidas. 
La vida pasa al ralentí en la ciudad, ahora medio vacía: aparcamientos libres, sopor en el asfalto, cerrojos echados, turistas jóvenes con una dirección en la mano, buscando donde dormir, nuestros mayores en los jardines, viendo como resbala el aire entre las hojas...y el recuerdo de aquellos agostos cuando, en este tiempo fuera del tiempo, Alèxia luchaba con todas sus fuerzas contra la enfermedad, y ponía su barco proa de la vida y de la esperanza. 
Por su ilusión, su valentía, su decisión de vivir en el instante puro, hoy, en este agosto diferente, un agosto nuevo, quiero recordar otras historias de vida, de alegría, de supervivencia, que en este mismo instante están sucediendo, aquí y ahora.
Son historias que subvierten el destino con la fuerza del amor, como una marea interna imparable, historias sordas al desfallecimiento, historias que nos recuerdan que en medio del verano, en las rendijas de un tiempo en apariencia abúlico, la vida se revuelve y rebrota entre las piedras, que hay muchas personas en lucha, y otras muchas personas que están luchando con ellas, viviendo con ellas, amándoles, sin pedir nada a cambio.


Cinco historias de amor:
¡Mucha fuerza, Guzman!
¡Pau, eres un chaval increíble!
Monika. ¡Tantas cosas para compartir!
La historia de Irene.
¡Felicidades, Gabriela!

5 historias entre cien mil, irradiando vida, fuerza, presente.

dissabte, 30 de juliol del 2011

Atardecer en Seefeld





Atardecer en Seefeld


Enramados sueños,
bosque iluminado:
venían los pájaros
a comer de tu mano.

Saltaban ligeros
de rama en rama
y de golpe bajaban,
suaves como luceros.

Callamos.

Por un momento el mundo
fue un lugar sin miedo.

Despúes, ellos volaron
hasta casi rozar el cielo;
esperamos,
más no volvieron.

Entonces tomamos
el camino del lago.

En un atardecer dorado
a comer de tu mano
vinieron los pájaros.


Seefeld
Verano de 2006





dilluns, 13 de juny del 2011

Final de curs


Amigues i amics de l’Alèxia,
ara que acaba una etapa molt important de les vostres vides, on alguns de vosaltres continuareu al Villena estudiant el batxillerat i altres pot ser seguireu fent camí en un altre escola...
ara recordo fa tres anys, quan acabàveu el curs de primer de ESO i us preparàveu feliços per les vacances, l’Alèxia va passar una tarda molt feliç amb vosaltres, a casa de la Mònica, us vau banyar, vau viure i assaborir intensament l’inici de les vacances...
vull pensar que aquests moments de felicitat duren i duren, malgrat el pas del temps, i que vosaltres, com nosaltres, vau tenir la sort de compartir una part de les vostres vides amb l’Alèxia, fent-la feliç així com ella era feliç rient i passant-ho bé amb vosaltres...
heu crescut, estudiat, sortit, rigut, plorat, us heu il·lusionat, heu viscut intensament aquests tres anys de la ESO que tots hauríem desitjat, que tots hauríeu desitjat poder compartir amb la vostra amiga Alèxia...
crec que ella, malgrat tot, ha continuat d’alguna manera fent camí amb vosaltres, l’heu portat durant tot aquest temps a les vostres vides, ha rigut i plorat amb vosaltres, ha estat present en aquests moments tan importants, ara que enceteu una nova etapa...
perquè ella hagués volgut continuar estudiant, gaudint del món com ho heu estat fent vosaltres, com ho fareu a partir d’ara cadascú en el seu camí, no des de la tristesa sinó des del goig de viure...
us desitjo, com segur ella hagués volgut, que continueu vivint profundament, intensament, i que la porteu sempre dins vostre amb alegria, com era ella, la nostra filla, la vostra amiga, l’Alèxia...
una abraçada de tot cor


dijous, 2 de juny del 2011

Un sueño

Querida Alèxia:
Era de noche, y medio en sueños vi una luz en el pasillo, y escuché unas voces. No entendía lo que decían, pero intuí que eras tú, en la entonación del aire, en la música de sus olas dulces. Entonces me levanté y me acerqué hasta el lugar de donde surgían los rumores. Miré hacia arriba, había una luz, y el sonido de tu voz, buscándome. Y supe que eras tú, que estabas allí, hablándome. Llamé a tu madre, y unidos alzamos las manos para alcanzarte, y te abrazamos: un fogonazo de luz intensa entró directo en nuestros corazones, una oleada de amor puro se unió para siempre a nuestros cuerpos. Entonces supe que habías regresado, que estabas de nuevo con nosotros. Una oleada de honda felicidad, un destello de candorosa luz nos abrazó, y fuimos uno, unidos para siempre en un sueño intemporal, y verdadero. Luego despertamos. Desde entonces te llevo prendida a mi piel y en mis células, en un viaje extraño y milagroso, y sigo buscando hacia dentro ese rescoldo de felicidad que dejaste el día de tu regreso. Porque no te fuiste nunca, Alèxia, no es posible. Sigues con nosotros, en esta cadena de calor eterno mientras no se apague la luz, y tu risa sincera y pura siga ardiendo en nuestros corazones. 
Te quiere,
Papi
Alèxia, al juny de 2008

dissabte, 7 de maig del 2011

¿Superar la adversidad?


¿Superar la adversidad? ¿Superar la muerte de una hija? Después de vivir y revivir todos estos meses sin Alèxia, de leer libros, ver documentales, hablar con unos y con otros de nuestros sentimientos y carencias, escuchar consejos y escuchar silencios, vivir en la alegría de los demás su olvido de nuestro dolor y nuestra pena, después de convivir continuamente con este dolor no deseado, de pensar en la resiliencia con resignación o esperanza racionales, hablar y hablar para no reventar de pena, ver como se van espaciando las llamadas de los que estuvieron los primeros tiempos con nosotros, después de poetizar la pena o desnudarse en la red sin pudor alguno, de grabar para el recuerdo la historia de sus bailes o la belleza de su música, de filmar las sombras del desierto con la fuerza de su vida y de su lucha, después de sacar fuerzas de no sé qué lugar escondido y secreto, después de tantas y tantas cosas que te fuerzan a vivir el sinsentido de tu vida en el sentido único de un presente sin memoria, yo proclamo: la muerte de una hija, o de un hijo, no te puede hacer mejor nunca. Es mentira. Es consolación. Es alienación. Es racionalización de la pena. No se puede fundar la felicidad y el crecimiento personal en el dolor, o en la superación de ese dolor tan íntimo.
Puedes decidir vivir, o morir, o malvivir los años que te queden. No hay más opción, sólo tres alternativas. Solamente te queda la libertad de elegir, y elegir salir o no salir del fango donde te sumerge la ausencia de tu hijo o hija. Sino, quedarse en el camino, y apagar tu voz en el olvido. Pero si quieres salir, sólo te mueve reconocer la fuerza de tu elección, la lucha contra el destino adverso, como luchó tu hija o tu hijo, seguir su ejemplo y llevar su voz y su vida hasta donde no llegaron ellos. Pero esa fuerza no te hará mejor nunca, ni te llevará a un estado superior de felicidad. No te engañes, no busques en la desmemoria la superación de tu desgracia: el aprendizaje tras una tragedia no le da sentido a esta tragedia, simplemente te dice que has hecho uso de la última libertad que te quedaba. 
Vivir, o morir (metafóricamente o realmente). Y has elegido, te has humanizado un poco más, y has dado sentido a tu elección en la lucha por vivir que guió a tu hijo o hija hasta el último momento, pero no le has dado sentido a su muerte. 
No había ni hay ningún por qué, ni ningún para qué, en la muerte del ser más querido
Como contestó recientemente Luis Rojas Marcos a la pregunta ¿Verdaderamente se aprende de una desgracia? en referencia al crecimiento postraumático: 
Hay autores que dicen que el crecimiento postraumático o el aprendizaje tras una tragedia es una justificación, que no es real. Habría que ver si después del trance esa persona es más feliz o más productiva, y medirlo. Eso se está empezando a hacer pero aún no está resuelto. Mucha gente te dice que después de superar una tragedia se sienten mejores personas. Que sus relaciones con los demás son más favorables, que están más tranquilas, valoran más el sufrimiento de los demás o que han descubierto fuerzas que no sabían que tenían. Es frequente que digan que valoran pequeñas cosas que antes pasaban por alto. Pero si tú le pides a una madre que elija entre todo el aprendizaje conseguido a raiz de la pérdida o recuperar a su hijo, siempre te dirá que preferiría no haber aprendido nada y volver a tener su hijo. Aprendemos de la lucha y descubrimos cosas. No es el sufrimiento en sí lo que hace crecer, sino descubrir que tienes esa fuerza y la capacidad de salir adelante y cambiar las prioridades. Dicen que en la vida nos tocan dos tragedias por cabeza como media, tampoco son tantas...y uno aprende.    (Magazine de La Vanguardia, 1 de mayo de 2011)
Como también dice Elisabeth Kübler-Ross
Al pasar un duelo, pensamos por error que podemos dejarlo todo terminado, pero el duelo no es un proyecto con un principio y un fin, es el reflejo de una pérdida que nunca desaparece, sólo aprendemos a convivir con dicha pérdida. El lugar donde encaja el dolor es algo individual y, a menudo, se basa en hasta dónde hemos llegado al integrar la pérdida. 
Yo creo que el objetivo aquí es amar y ser amados y crecer. Y, tras decir ésto, no existe un dolor mayor que el de la pérdida de un ser querido. Siendo testigo de la vida, he aprendido que todo el mundo atraviesa dificultades. La adversidad sólo te hace más fuerte. La vida es dura, la vida es una lucha, como ir a la escuela donde recibes muchas clases: cuanto más aprendes, más difíciles son las lecciones.
                                                                                            (Sobre el Dolor y el Duelo, Luciérnaga, Marzo de 2010)


dimarts, 5 d’abril del 2011

Explicar la historia

Necesitamos explicar nuestra historia.
Muchas veces nos repetimos, volvemos a contar una vez y otra lo que nos ha pasado, como para cerciorarnos de que realmente todo no es más que una pesadilla, y que despertaremos un día, y todo volverá a ser como antes.
Recorremos los espacios que compartimos con ella, los caminos que recorrimos juntos, el horizonte que oteábamos esperanzados en momentos únicos de felicidad.
Todo era sencillo: las palabras, el juego, un paseo en bicicleta el primer día de primavera, la ilusión de los veranos repletos de felicidad, la comezón en el estómago la noche antes del primer día de clase o el despertar del amor en ciernes de los últimos días de curso, preludios de la canción profunda y única de su vida, de nuestra vida.
Necesitamos decir que sí, que ella vivió, que fue única, que la quisimos sin quiebra, todos los días y todas las noches de su existencia.
Necesitamos no olvidar, pensar que todo no fue en vano.
Que a pesar del dolor y la tristeza, algo fue, transcendió el tiempo, y nos hizo crecer y madurar juntos.
Que las palabras son más que sones repetidos en busca de sentido, y no el eco vacío de nuestra desesperación.
Por eso volvemos una y otra vez a hablar de ella, a recordarla, aún sabiendo que la felicidad no vuelve, que la felicidad no vive atrapada en los recuerdos.
Como aquellos cuentos un felices que ella gustaba de escuchar una vez y otra, todas las noches, esperanzada.
Explicar la historia para no vivir en el recuerdo, sino para poder llegar a olvidar, recordándola.

Cala Esmeralda (Menorca)

divendres, 4 de març del 2011

Ninna nanna

Canción de cuna
Dormi figghiuzzu mia, dormi cu to papa
sugnu vicino a tia, comu la to mamma
dormi ciatuzzu miu, sunnati la mamma
do, do, do...
do, do, do...
            (Ninna, Nanna. Roberto Alagna)
Así te quiero, mi niña,
así dormida en el sueño
todo es posible, mi vida,
los ríos, el mar, el cielo.
Vives perenne en la dicha
en el tiempo añil del juego,
y en tus manos y en tu risa
el dolor se hace pequeño.
Tú eres frescor de brisa
olor de sal y de besos,
el vuelo del ave invicta
que no teme el sol, ni el viento.
Estoy contigo, mi vida,
ya no me iré de tu lecho:
no despiertes todavía
que tu sol está durmiendo.
Guardaré tus sueños, niña,
abrigaditos de tiempo
y no abrá negrura indigna
que robar pueda tu fuego.
Sigue soñando, mi vida,
mi tesoro, mi lucero: 
la primera luz del día
todavía está naciendo.
Papi
Ninna nanna

dilluns, 7 de febrer del 2011

Una trobada amb esperança


Una trobada amb esperança
La tarde del passat divendres 28 de febrer ens vam trobat amb dos ex-profes de l’Alèxia, a Barcelona. La trobada va ser intensa, emocionant, reconfortant i també moguda (en el sentit de que s'ens van moure a tots molts sentiments per dins). Vull transcriure una petita carta d’agraïment per elles del mateix dia.
Elisabet, Carme,
ha estat un temps llarg de silenci, com avui parlàvem, un silenci afegit al silenci profund de la pèrdua física, que ens feia molt mal. Avui heu trencat aquest silenci, avui hem aprés que l'Alèxia es valorada al Villena, que es parla d'ella en el dia a dia, que era important a l'escola, més enllà del que s'hagi pogut fer o no fer a nivell més institucional. 
Ens heu donat les gràcies per escoltar i compartir moments íntims i intensos amb vosaltres. Ens heu dit, Elisabet, que estàveu contentes si ens quedàvem amb aquesta estimació profunda que teniu molts profes d'un en un. I us volem donar les gràcies per explicar-nos-ho, tot això ens reconforta, comença a tancar ferides.
Ens heu transmés aquest amor, que hi ha amor de veritat, en paraules teves, Carme, un amor que és molt més fertil perquè no comença i acaba en un moment pre-fixat i determinat, sino que és "invisible als ulls", és orgànic, i creix i creix en horitzontal i en vertical. Aquest era l’amor que ens mostrava l’Alèxia cada dia amb el seu viure, en les seves rialles.
Tot aquest temps, des de la mort de la nostra filla, hem anant aprenent amb molt dolor, després de xocar i xocar tossudament contra murs molt alts, que els records en el cor de la gent que estimava a la nostra filla son tan importants, o més, que el deixar signes visibles per part d'aquells que no han estat valents per afrontar allò que ens defineix més com a persones: la vida, la mort, el viure a fons cada segon, la contingència, l'amor, valors que tan directament ens va ensenyar la nostra filla Alèxia amb la seva vida, i també durant tota la seva lluita contra la malaltia, que finalment se la va endur per sempre. 
O pot ser no per sempre, perquè ella segueix viva, com dieu, en els pensaments i els sentiments de molta gent que la va estimar, i l’estima, al Villena.
Gràcies de nou per haver vingut, heu estat valentes, no era fàcil, malgrat que en el fons, parafrasejant en Joan Margarit, no era lluny ni difícil:
El dormitori amb el llit fet,
la tauleta de nit amb el retrat
de la noia amb els ulls il·luminats
per un somriure.
Tot l'hivern sola i escoltant el mar.
                    (Joan Margarit, 'Tancant l'apartament de la platja')
Si tots nosaltres ho intentem, l'Alèxia no estarà tan sola, i pot ser una dia, ara llunyà, l'hivern deixarà pas a un estiu amb nova llum, un estiu amb llum pròpia.
Una forta abraçada,
Albert i Carme

diumenge, 16 de gener del 2011

Dieciséis años

Dieciséis años, sí, si el tiempo hubiese continuado su historia...
¡Te gustaba tanto tu día, pensabas con mucha antelación cómo lo celebrarías, qué harías con tus amigas y amigos de la escuela! Luego, llegado el día, se te veía muy nerviosa, supongo porque querías que todo saliese bien, que la gente se lo pasase en tu fiesta estupendamente, creo que en el fondo no te gustaba ser la protagonista, te gustaba más dar que recibir, estoy seguro. En tu agenda de la escuela tenías marcados de forma muy vistosa los cumpleaños de tus mejores amigas y amigos de la escuela, te hacía tanta ilusión felicitarles, pasar el día con la gente que amabas...también hoy tu móvil recuerda, automáticamente, los aniversarios que tenías marcados en tu agenda, un móvil ajeno al tiempo real, a la historia, que nos construye día a día, cada minuto, sin retorno.
Hoy, 16 de enero de 2011: Alèxia, dieciséis años...
...hoy no puedo dejar de pensar en ti sin tristeza, una tristeza muy amarga, un hastío de vivir que ya sé que no va contigo, pero nada me atrae, nada me motiva, nada puede colmar, ni que fuera un milímetro, el vacío tan grande que has dejado. Obsesivamente me persigue la tristeza, lo siento, pero he soñado contigo tantas veces esta semana, que es como si estuvieses aquí, sin estarlo. Anteayer por ejemplo, mientras soñaba que estaba yendo contigo en bicicleta, creo recordar por unas caminos de Argentona (¡qué extraño, nunca estuvimos juntos allí tú yo!), me decía a mí mismo ‘¡qué feliz soy con Alèxia, no me puedo imaginar que sería vivir sin ella!’, y de verdad me sentía tan feliz, tan lleno, que estoy seguro, rotundamente, que nadie, nada puede llenar tu ausencia, nadie, aunque sea duro decirlo. Podré querer a tu madre, a tus hermanos, a la familia que nos ayuda, a los amigos que están junto a nosotros, pero el bienestar, y es lo que más me duele, el estar aquí y ahora integrado y pleno en la vida, es imposible que vuelvan. Lo he vivido, y lo he soñado, y sé que no volverán: he de acostumbrarme a vivir de esta manera, un destino que no esperaba. Y ésto duele terriblemente.
Te quedaste en trece añitos, no cumplirás más años con nosotros: toda tu vida rota por una maldita enfermedad sin entrañas. Recuerdo el día que volviste a la escuela, en enero de 2008, justo para celebrar un momento con tus amigas y amigos de las escuela tus trece años, parecía mentira, pero allí estabas, con tu pelo corto, tu gorrita de colores, querías ser una más del grupo, ser normal, pero sabías que era un día muy especial, habías superado unos meses turbulentos en el hospital, y parecía mentira pero estabas allí, tan contenta, tan feliz de estar de nuevo en la escuela. Recuerdo una preciosa foto, en el coche, volviendo a casa, con un bellísimo ramos de flores que te habían regalado en la escuela, ¡estás radiante, de verdad!
Alèxia: más por lo que viviste, por lo que habías de vivir te añoro. La profesión que habías soñado para tu vida (bailarina de teatro, doctora, artista...), los viajes que harías con tus amigas y amigos, ese deleitarse con lo que aprenderías cada día, en la escuela primero con la ESO y el Bachillerato, más tarde en la Universidad, las tardes que ibas a pasar con tu gatito, Plutó, cuya llegada preparamos juntos con tanta emoción, tu viaje de los 18 años a Australia (lo tenías muy claro, desconozco la razón, pero querías ir a Australia), tu progreso como bailarina de ballet, nuestro Sant Joan en Menorca, el viaje a Creta una vez superada tu enfermedad, no sé, Alèxia, tantas y tantas cosas que contruyen una vida, la vida que te prometimos vivir, y tú creías ciegamente, y que no pudimos finalmente darte.
Lo sé, no me culpo, solamente estoy escribiendo lo que me dicta el corazón.
Tengo el corazón roto, pero te sigo queriendo donde estés, Alèxia.
Muchas felicidades, por toda aquella felicidad que pasamos juntos.
Te quiere,
Papi


divendres, 14 de gener del 2011

La Casa dels Cent Ulls


                                        Per Sant Joan de Déu
Des de la teva habitació
veiem el mar, recordes?
Vam passar dos estius,
els dos estius més llargs
i més intensos de les nostres
vides: tot semblava possible.
Vam viure unes muntanyes
russes de dolor i d’alegria,
perquè esperàvem cada mati
el despertar de les teves cèl·lules,
un senyal que el teu cos reeixiria,
i que viuries una vida plena,
un doll de promeses complertes.
Ara no sé com explicar-t’ho,
però nosaltres, en aquella
habitació amb tu, els metges,
les infermeres, els pallassos,
els amics de l’escola, la família,
durant aquells estius interminables,
malgrat el patiment i la incertesa
també vam ser feliços, ens van
fer sentir feliços, com a casa:
vam estimar-te i créixer amb tu.
Despullats dels cicles del món,
en aquell cau d’amor profund
on lliuraves un combat mestre,
vam tocar l’arrel del temps,
ens vam conèixer fins als ossos,
fins encendre una llum nova
que brollava alegre des de tu,
i il·luminava les nits fosques
d’un tel de bondat i de saviesa.
Cada matí obríem la finestra,
et donàvem un petó, i despertaves.
Des de la teva habitació
vam veure el mar, recordes?
Esplugues de Llobregat, 01-11-2010