diumenge, 22 d’agost del 2021

Los caminos del mar


Per a Joan Margarit


Cuando éramos niños, nos gustaba hacer

pequeñas presas de arena en la playa.


De la montaña bajaba un riachuelo

que tratábamos de retener un tiempo

levantando pequeñas paredes de arena,

que sabíamos fugaces obstáculos

al transcurrir constante del agua

hacia el mar. Ese era el desafío:

edificar un muro temporal e inestable

con los mimbres frágiles de la esperanza,

que el agua no desbordara la presa

que crecía a ojos vista, tozudamente.


Nos gustaba aquel juego infante y puro

aún a sabiendas que el agua, finalmente,

rompería el muro y correría valiente

hacia el mar abierto. Porque por unos instantes

éramos arquitectos que vencían

el desbordar salvaje del agua

con los muros de grava de los sueños.


Y en ese juego hemos crecido,

a pesar de los años transcurridos

y sabiendo que, finalmente, el empuje

del agua siempre vence y abraza

el mar que pacientemente espera.


Vuelvo a la playa de aquellos días

y miro sin rencor el cauce seco

que otrora cantara sobre la arena.


Porque ahora somos ese río alegre

que baja de la montaña y anhela

que otras manos de amor retengan vida.


Ca n'Alèxia (Menorca)

22 de agosto de 2021