dijous, 18 d’agost del 2011

UNO ENTRE CIEN MIL

Nuevamente agosto en las calles adormecidas. 
La vida pasa al ralentí en la ciudad, ahora medio vacía: aparcamientos libres, sopor en el asfalto, cerrojos echados, turistas jóvenes con una dirección en la mano, buscando donde dormir, nuestros mayores en los jardines, viendo como resbala el aire entre las hojas...y el recuerdo de aquellos agostos cuando, en este tiempo fuera del tiempo, Alèxia luchaba con todas sus fuerzas contra la enfermedad, y ponía su barco proa de la vida y de la esperanza. 
Por su ilusión, su valentía, su decisión de vivir en el instante puro, hoy, en este agosto diferente, un agosto nuevo, quiero recordar otras historias de vida, de alegría, de supervivencia, que en este mismo instante están sucediendo, aquí y ahora.
Son historias que subvierten el destino con la fuerza del amor, como una marea interna imparable, historias sordas al desfallecimiento, historias que nos recuerdan que en medio del verano, en las rendijas de un tiempo en apariencia abúlico, la vida se revuelve y rebrota entre las piedras, que hay muchas personas en lucha, y otras muchas personas que están luchando con ellas, viviendo con ellas, amándoles, sin pedir nada a cambio.


Cinco historias de amor:
¡Mucha fuerza, Guzman!
¡Pau, eres un chaval increíble!
Monika. ¡Tantas cosas para compartir!
La historia de Irene.
¡Felicidades, Gabriela!

5 historias entre cien mil, irradiando vida, fuerza, presente.