dilluns, 24 de juny del 2019

Nana con fondo marino para acunar a una sirena niña


De un precioso libro llamado ‘El Gran libro de la Nanas’, prologado por Carme Riera (El Aleph editores, 2009), transcribo esta preciosa canción de cuna de Joaquín Buxó Montesinos. 

Es una canción especial, porque las canciones de cuna habitualmente están dedicadas a un niño, posiblemente se trate de un tema del masculino genérico, pero en cualquier caso existen relativamente pocas nanas dedicadas a una niña en la literatura española.

Es un texto especial porque, al margen de su extraordinaria musicalidad, marina magistralmente el universo onírico del mar y el movimiento de las olas, con la sacralidad de la dulce infante durmiente, en cuyo nido, zurzido por una amalgama de arena, nácar y algas, reposa el cuerpo en sueño de la niña, acariciada dulcemente por el murmullo del agua. 

En este universo atemporal la niña duerme, pero también descansa, elegida o engendrada por la belleza del lugar, para un destino especial, quizás efímero (espuma y canto) pero también trascendente (el vuelo de un mito) y no exento de dolor (sal y llanto).

Muchas veces pienso que nuestra hija Alèxia vive un sueño largo y profundo, de donde ella espera despertar un día y reencontrarnos, como sucede a veces en estas pesadillas de donde volvemos de pronto al mundo real y toda la angustia y el dolor han sido sólo un sueño.

Otras veces pienso lo contrario, que ella está feliz en su sueño de sirenita asomada al mar, navegando entre las olas en su infancia feliz e inagotable, y que la incierta aurora, que debería una día devolverle a la vida, sería una luz tan fuerte y avasalladora, que le cegaría para siempre de su sueño núbil y ligero de infante dichosa.

Porque en la canción de cuna, finalmente, el sueño se transmuta en mito, y no se distingue el dormir del descansar: el universo mismo velará el infante. 

Y es aquí donde creo que quizás vive nuestra hija, eternamente:

Vele la estrella,
peces, coral y conchas
cuidad de ella;
                        cuidad de ella. 


NANA CON FONDO MARINO PARA ACUNAR A UNA SIRENA NIÑA.

El vaivén de las olas
mece la cuna
donde duerme una niña
de plata y luna;
de una sirena
como ninguna hermosa,
blanca y morena.

Algas, arena y nácar
tejen el nido
donde reposa un sueño
recién nacido.
Sobre su frente
se hace beso el susurro
de la corriente.

La esencia de los mares
enamorada
prendió el azur más puro
de su mirada.
Cierra los ojos,
sirenita, que muere
a luz de enojos.

Reina del agua, duerme,
te dio la vida
el amor de las islas;
fuiste elegida
(espuma y canto)
para el vuelo de un mito
de sal y llanto.

Pero aún nada sabes,
descansa ahora,
que no alcance tus ojos
la incierta aurora.
Vele la estrella,
peces, coral y conchas
cuidad de ella;
                        cuidad de ella.

Joaquín Buxó Montesinos
Mi voz sobre tus párpados (1968)


Asomada al mar (Laura Benítez, 2010)