Por el placer
de la diferencia
la condena
de lo efímero
Para ser
y persistir
salimos de casa
un día
(estancias cálidas
repetidos colores
mármoles dorados
luces aremansadas)
Salimos, convertimos
el tiempo en un suspiro
creímos que la luz
no dormiría para siempre
sobre los cuerpos desnudos
No tuvimos elección:
dejamos la eternidad
oscura por un ramo
de flores enardecidas
la ceguedad
de lo idéntico
por el riesgo frágil
de los encuentros
Ciegos de luz
vivimos
buscando los palacios
que dejamos atrás
un día
Más el pasado
no es, ni existe:
para ser y persistir
hemos nacido
y esta avidez de ser
nos justifica
Aquí
estancia de mundo
donde el tiempo y el amor
se entralazaron
dejaremos, generosos,
nuestros recuerdos
la mortecina piel
de la memoria:
Por el placer
de lo distinto
por el doloroso goce
de nuestra historia.
Albert Bellmunt
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