Con los primeros lirios
y las primeras rosas de las huertas,
en una tarde azul, sube al Espino,
al alto Espino donde está su tierra...
A. Machado
Treinta veranos hubieras vivido
si aún estuvieses con nosotros:
la casa junto al mar, ardiendo,
los largos atardeceres en playas de ensueño
las cabriolas de los caballos en las plazas
las mágicas canciones de una guitarra sola
la ilusión de un mar cristalino en tu cuerpo
o la magia de la luz naciendo en tus orillas.
Treinta ciclos de inviernos y primaveras
que esperabas gozar ardorosamente viva,
la pasión del saber y de la danza
esa desbordante alegría que brotaba
sin cesar en cada día que iniciabas:
¿Qué libros hubieras leído, qué países visitado,
qué mar hubiera sido el destino de tu barco,
quién te habría herido, a quién habrías amado?
Ahora, que es el tiempo del fuego
y de la luz que tanto esperabas,
que vuelve a mi tu esperanza
desde aquellos días cuando luchabas
para salvar tu destino del incendio,
quiero darte mi voz a cambio
de todos estos años que no has vivido,
hoy, cuando hubieras abrazado
este nuevo verano que despierta:
treinta años que relucen mágicos, amor,
en esta llama azul naciendo de la tierra.
Albert Bellmunt
Barcelona, 21.06.25
Carme |
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