dijous, 16 de gener del 2025

Dejé de vivir cuando te fuiste


Per la meva filla Alèxia


Dejé de escribir

cuando te fuiste:

las ramas encumbraban

los caminos, donde

caían y caían los versos

ansiosos de remontar

la luz y poder abrazarte,

dejé de sentir, amar,

vibrar con las olas

del mar y recoger

el tierno fruto

de tu cuerpo bailando

en el origen del mundo.


Dejé de vivir

cuando te fuiste,

tan hondo el dolor

y tan lejano el cielo

de aquellos días claros

cuando reías y reías 

al llegar la primavera

o cuando en verano

quemábamos el deseo

al zarpar la nave 

hacia puertos lejanos

donde viviríamos 

el cumplimiento feliz

del derecho a amarnos

y amar hasta los huesos.


Dejé de mirar y tocar

cuando te fuiste,

se apagó hasta el silencio

y no sabía donde pisar

sin cortarme los pies,

en la afilada soledad 

del blanco papel

quemaba mis manos

deseosas de piel

ávidas de tu voz

buscando nuevos versos.


Cuando te fuiste

solo veía negra luz:

tanto dolor solo podía

quemarme el aire

que respiraba, tozudamente

vencido de lágrimas,

y gritaban, repetían

tu ausencia los gemidos

en una tormenta oceánica

de cuerpos a la deriva,

y las aves no sabían

hallar sustento al vuelo

porque el viento

dejó de ser la promesa

innombrada de la luz.


Ahora sólo busco

cerrar los ojos 

y verte, verte detrás

de tanto velo roto,

verte un instante

eterno

y quedarme así

contigo, abrazado a ti,

viendo brotar la luz

en un último, primer 

amanecer del mundo.


Barcelona, 16 de enero de 2025


Retrat de l'Alèxia, de la seva germana Mar