diumenge, 16 de setembre del 2012

El árbol del tiempo



EL ÁRBOL DEL TIEMPO

      (Sobre esculturas de La Rueda de la Vida, de Gustav Vigeland)

          
Como haz de luz que del árbol sugiera,
 umbrosa bailarina entre sus ramas,
asomada ardiente a la vida entera
quedaste prendida, muda, atada.

No conociste del amor su fruto,
la frondosa vida que te esperaba:
tus ojos abiertos, sorpresa, hurto,
fuera del tiempo miran, lloran, aman.

No temas: velaré siempre tus sueños,
fiel a tu vera, capitán y náufrago
de tan hermosa nave a la deriva.

Henchida vela, amor, de tus deseos,
surcaremos juntos los mares glaucos,
la savia eterna y pura de tu risa.

Oslo, 10-08-2012 
                                                          
   Albert Schoenenberger © 2012