Esta mañana he ido caminando
del hospital hasta la escuela,
unos pocos pasos los separan.
Me he quedado en la verja,
era la hora del patio.
He cerrado los ojos: estabas
jugando con tus amigas
(he escuchado gritos
de alegría, miedo, y esperanza)
y he llorado, desesperado,
por esta infancia que se iba
por esa primavera que venía
y que te han robado, inútilmente.
No pondrán una foto tuya
en clase, ni plantarán
un árbol en tu memoria,
no habrá premio literario
con tu nombre, ni volarán
los globos en el patio
con los dibujos que pintabas
en tu pequeña aula de hospital.
Entre el desespero y la huída
había un camino: ellos huyeron.
Es la cobardía del miedo,
la ignorancia del saber más preciado
que navega por todos los libros
del mundo, y tú conocías: amor.
Amor sin férula, amor puro,
amor y sólo amor, hasta la médula.
Profesora de la inocencia,
ésta fue tu última lección
y la más íntima:
y la más íntima:
amor, entrega, y más amor,
que esta mañana de invierno
resuenan
por las aulas y por el patio
de tu escuela,
resuenan
por las aulas y por el patio
de tu escuela,
como un canto luminoso
de bondad y sabiduría.
Esplugues de Llobregat, 17 de diciembre de 2010
1 comentari:
Es ben veritat això que diu el papa, Alèxia. Vas saber donar amor a tothom i vas deixar amor per tots els llocs on vas passar. I els que vam tenir la sort d´estar amb tu ens en vam impregnar. Ahir a la nit van ser els tercer fi d´any que no eres amb nosaltres. No hi havia cap platet amb els dotze talls de plàtan, però hi vam pensar, ho vam parlar i encara que d´una altre manera vas compartir el sopar amb nosaltres. Els papes tampoc no hi eren però jo us vaig sentir ben a dins meu.Un petó molt gran, Alèxia i tingues per segur que cada fi d´any pensaré en els dotze tallets de plàtan.
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