El viernes 14 de Noviembre te bajaron de la cámara hasta la UCI. La situación era realmente complicada.
Pero tú seguiste luchando, Alèxia, aunque quizás algo de tu fuerza interior comenzaba a flaquear: jo no vull ser aquesta persona, dijiste en algún momento tras el ingreso, como si intuyeras que tu cuerpo no conseguía seguir a tu tremenda voluntad de vivir, y te dabas cuenta que la enfermedad estaba pudiendo contigo.
Los primeros días en la UCI pasaron rápido, pero sufríamos tanto al verte sufrir a ti, aguantar tantos análisis, tantas pruebas, que no puedo siquiera imaginar el infierno que estabas pasando, hijita. Sin embargo, seguías conectada a la vida, seguías luchando, escribiéndonos notitas en servilletas de papel: cada quan vindreu? qué expliqueu? soc jo la única nena?...
Al cuarto día del ingreso te encontraste un poco mejor, tanto que hasta tuviste ganas de arreglarte las uñitas tú sola aquel día. Después, en un momento dado de la tarde, quisiste abrazar a la mama, diciéndole ets molt maca, mama, después dijiste i ara el papa y me abrazaste a mi después, y comenzaste a jugar con mi mascarilla, estirándola, para hacerme sonreir, y sonreíste tú también en ese instante. Pareció en aquel momento que todo volvía a estar en su sitio, que estábamos jugando tú y yo, como siempre, lejos del peligro y del sufrimiento. Tengo un recuerdo increíble de aquel día, de aquellos breves segundos, que ahora conservo y llevo siempre conmigo, como un pequeño tesoro.
Después, las cosas empeoraron. Tu equipo médico siguió trabajando a tope, supliendo con máquinas o con medicación lo que tu cuerpo iba cediendo. Nos agarrábamos a cualquier esperanza, pero la situación comenzaba a ser desesperada. Poco a poco, ibas dejando de ser tú. Fueron dos días durísimos, Alèxia, durante los cuales tu madre no se separó nunca de ti, estuvo siempre a tu lado, te cogía la mano, te hablaba, te susurraba palabras de esperanza. Había momentos que yo no me aguantaba de pie, pero tu madre siempre seguió a tu lado, constante.
La noche del quinto al sexto día fue decisiva. Tu doctora de la UCI nos dijo que la situación tenía que dar un vuelco de madrugada, tu médula tenía que despertar, comenzar a defender el cuerpo generando glóbulos blancos, que tenías que ayudarla a ella, porque los medicamentos y las máquinas no lo podían todo. Ella esperaba el despertar de las células madre, para iniciar la muy difícil, pero no imposible, tarea de rescate. Doy fe de la extraordinaria actuación de tu doctora y tu enfermero aquella noche en la UCI, la actividad de establización fue continua, no pararon en toda la noche de luchar por ti.
La mañana del jueves 20 tu equipo médico intentó una arriesgada maniobra de rescate con un potente medicamento, a la que dimos consentimiento, pero que finalmente no resultó.
Cuando la tarde acababa, ya no eras tú.
Perdónanos.
Quiero que sepas que en todo momento estuvimos contigo, que no te dejamos nunca sola, que un hilo muy delgado nos mantuvo siempre unidos a ti, a la persona que tan extraordinaria que fuiste.
Estás en nuestro corazón, Alèxia, guapa.
Ahora sólo quisiera recordar aquella mañana limpia de enero, cuando viniste a llenar nuestras vidas:
Era un matí assolellat, els carrers eren freds, i per la gent aquell era un dia qualsevol, un dia de cada dia, però per mi era diferent, ja podia sentir, tocar, cridar...
Pero tú seguiste luchando, Alèxia, aunque quizás algo de tu fuerza interior comenzaba a flaquear: jo no vull ser aquesta persona, dijiste en algún momento tras el ingreso, como si intuyeras que tu cuerpo no conseguía seguir a tu tremenda voluntad de vivir, y te dabas cuenta que la enfermedad estaba pudiendo contigo.
Los primeros días en la UCI pasaron rápido, pero sufríamos tanto al verte sufrir a ti, aguantar tantos análisis, tantas pruebas, que no puedo siquiera imaginar el infierno que estabas pasando, hijita. Sin embargo, seguías conectada a la vida, seguías luchando, escribiéndonos notitas en servilletas de papel: cada quan vindreu? qué expliqueu? soc jo la única nena?...
Al cuarto día del ingreso te encontraste un poco mejor, tanto que hasta tuviste ganas de arreglarte las uñitas tú sola aquel día. Después, en un momento dado de la tarde, quisiste abrazar a la mama, diciéndole ets molt maca, mama, después dijiste i ara el papa y me abrazaste a mi después, y comenzaste a jugar con mi mascarilla, estirándola, para hacerme sonreir, y sonreíste tú también en ese instante. Pareció en aquel momento que todo volvía a estar en su sitio, que estábamos jugando tú y yo, como siempre, lejos del peligro y del sufrimiento. Tengo un recuerdo increíble de aquel día, de aquellos breves segundos, que ahora conservo y llevo siempre conmigo, como un pequeño tesoro.
Después, las cosas empeoraron. Tu equipo médico siguió trabajando a tope, supliendo con máquinas o con medicación lo que tu cuerpo iba cediendo. Nos agarrábamos a cualquier esperanza, pero la situación comenzaba a ser desesperada. Poco a poco, ibas dejando de ser tú. Fueron dos días durísimos, Alèxia, durante los cuales tu madre no se separó nunca de ti, estuvo siempre a tu lado, te cogía la mano, te hablaba, te susurraba palabras de esperanza. Había momentos que yo no me aguantaba de pie, pero tu madre siempre seguió a tu lado, constante.
La noche del quinto al sexto día fue decisiva. Tu doctora de la UCI nos dijo que la situación tenía que dar un vuelco de madrugada, tu médula tenía que despertar, comenzar a defender el cuerpo generando glóbulos blancos, que tenías que ayudarla a ella, porque los medicamentos y las máquinas no lo podían todo. Ella esperaba el despertar de las células madre, para iniciar la muy difícil, pero no imposible, tarea de rescate. Doy fe de la extraordinaria actuación de tu doctora y tu enfermero aquella noche en la UCI, la actividad de establización fue continua, no pararon en toda la noche de luchar por ti.
La mañana del jueves 20 tu equipo médico intentó una arriesgada maniobra de rescate con un potente medicamento, a la que dimos consentimiento, pero que finalmente no resultó.
Cuando la tarde acababa, ya no eras tú.
Perdónanos.
Quiero que sepas que en todo momento estuvimos contigo, que no te dejamos nunca sola, que un hilo muy delgado nos mantuvo siempre unidos a ti, a la persona que tan extraordinaria que fuiste.
Estás en nuestro corazón, Alèxia, guapa.
Ahora sólo quisiera recordar aquella mañana limpia de enero, cuando viniste a llenar nuestras vidas:
Era un matí assolellat, els carrers eren freds, i per la gent aquell era un dia qualsevol, un dia de cada dia, però per mi era diferent, ja podia sentir, tocar, cridar...
4 comentaris:
Dos anys.. ja fa dos anys que te'n vas anar.. Tot i així encara em costa fer-m'he a la idea que te'n has anat per sempre, i que ja no tornaràs. Que mai més et podré veure, ni sentir. Que no podrem parlar ni riure mai més. Tot i així, sempre em quedaran els bonics records que guardo al fons del meu cor, en un lloc ben protegits. Tots aquells bonics records dels mil i un moments que em passat juntes, i també guardo com un tresor la imatge del teu somriure tan preciós que il·luminava a la gent, com tu mateixa amb la teva simpatia. I es que tinc una esperança de que allà on siguis ara, lluny, molt lluny d'aquí ens puguis veure o sentir com et sentim tots nosaltres, els que t'estimem. I vull que sàpigues que no m'he oblidat de tu, ni ho faré mai. Que tu hi ets present alguns dies.. I es que de vegades s'han de deixar de banda les tonteries del dia a dia, i pensar en les coses realment importants. Com tu, Alèxia. T'estimo, t'estimo molt i sempre ho faré. Mil petons bonica, erets i sempre seràs genial.
Et porto al cor, sempre t'hi portaré! (L)
de l'Aina de la UEC.
i aquest text, és preciós!
Dos anys, Alèxia...i aquells ultims dies ens quedaran marcats per sempre. El papa, la mama, la mar, el Pau i tu; tots intentant que no arribés el moment, intentant aturar el temps,i el temps anant corrent, corrent. I va córrer massa el temps, el maleït temps. Després va venir el buit, els plors i l´intent de consolar l´inconsolable. Però Alèxia tu seguiràs sempre dins nostre, per molt que el temps segueixi corrent. Ara el vencerem i no permetrem que aquest maleït ens allunyi de tu. Per això segueixes dins meu i hi seguirâs sempre. Un petonàs bonica...i abans que m´ho diguis ja rebo...un pet de regal!!
m ha tocat viure aquests dos anys de manera molt especial però cada dia entenc millor les teves ganes de viure i la teva lluita exemplar. Sempre et tindré al meu cor, fillola estimada.
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