dilluns, 24 de juny del 2024

Historia de la memoria

Por el placer

de la diferencia

la condena

de lo efímero


Para ser

y persistir

salimos de casa

un día


(estancias cálidas

repetidos colores

mármoles dorados

luces aremansadas)


Salimos, convertimos

el tiempo en un suspiro

creímos que la luz

no dormiría para siempre

sobre los cuerpos desnudos


No tuvimos elección:

dejamos la eternidad

oscura por un ramo

de flores enardecidas

la ceguedad

de lo idéntico

por el riesgo frágil

de los encuentros


Ciegos de luz

vivimos

buscando los palacios

que dejamos atrás

un día


Más el pasado

no es, ni existe:
para ser y persistir

hemos nacido

y esta avidez de ser

nos justifica


Aquí

estancia de mundo

donde el tiempo y el amor

se entralazaron

dejaremos, generosos,

nuestros recuerdos

la mortecina piel 

de la memoria:


Por el placer 

de lo distinto

por el doloroso goce

de nuestra historia.


Albert Bellmunt 




dilluns, 3 de juny del 2024

En el vaivén de las mareas

 Se ha retirado el mar, afloran las piedras entre la arena, todavía mojadas brillan en la primera luz del día. Las recoges maravillado, son multicolores, son multiformes, son el tacto del mundo. Vas apilando poco a poco un altar en el desierto, encajando con paciencia una a una cada piedra, hasta engranar una pared perfecta donde alzarse.

Es el sol del mediodía, el muro brilla y resiste al viento. Pasa el aire por las rendijas de los guijarros, que sostienen la majestuosidad del templo. Contemplas tu propia obra, alzada en el horizonte. Finalmente subes los peldaños que has dejado encajados en la pared seca, escalas tu propio cuerpo hasta llegar arriba y, oteando el horizonte, descubres el mar.

Pero ahora el agua ya te rodea en este tiempo de marea alta que olvidaste, ahora vuelven las olas, el agua se escurre entre las piedras y deshace el altar que tan amorosamente levantaste. Las piedras caen y se esparcen en la cuna de las olas, ya eres de nuevo la sal de la tierra y esperas otra marea baja, otro cuerpo, para redescubrir el secreto olvidado de los templos.

Ahora vives en la memoria de las piedras, que otros ojos descubrirán mañana, cuando el agua se retire de nuevo y deje al descubierto tus recuerdos, esparcidos entre la arena feliz de tus ayeres. Entonces renacerás de nuevo, pero habrás olvidado que eres sólo ese instante, una chispa fugitiva entre dos mareas que quieren besarse, y no saben, que son el sonido inacabado del silencio.

Albert Bellmunt